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sábado, 1 de febrero de 2014

Intolerancia a la lactosa



La Intolerancia a la lactosa La lactosa es un tipo de azúcar que se encuentra en la leche y otros productos lácteos.

La intolerancia a la lactosa se presenta cuando el intestino delgado no produce suficiente enzima lactasa con la cual se digiere la lactosa

Algunas enfermedades pueden causar esta insuficiencia en la producción de lactasa como la gastroenteritis, infecciones virales o bacterianas o también puede manifestarse después de una cirugía intestinal.

Entre los síntomas más comunes podemos mencionar:

  • Cólicos abdominales
  • Hinchazón
  • Diarrea
  • Flatulencia
  • Pérdida de peso
  • Crecimiento lento (en niños)
  • Heces con olor fétido

No es una dolencia peligrosa, pero si es necesario tener cuidado, en especial en el caso de los niños, ya que si se suprime definitivamente la leche en la dieta puede causar una insuficiencia de calcio, vitamina D, riboflavina y proteínas.



Remedios naturales

Remedio intolerancia a la lactosa #1 Hervir la leche que se va a tomar y agregarle una pizca de sal.

Remedio intolerancia a la lactosa #2 Comer ½ taza de yogur natural con 2 cucharadas de siropede maple o jarabe de arce

Remedio intolerancia a la lactosa #3 Dejar en remojo 150 g de almendras dulces por 24 horas o bien se escaldan. Después, triturar en un molinillo eléctrico y agregar un litro de agua. Pasar esta mezcla por un paño para colarla. Si se desea más espesa, agregar 30 g. de harina de arroz y 50 g de azúcar moreno. Hervir todo durante unos minutos.



Recomendaciones

Determinar el grado de intolerancia a la lactosa. El grado de intolerancia es diferente para cada persona (Algunas sienten trastornos con sólo beber un cuarto de vaso de leche y otros después de ingerir alrededor de un litro).

Para poder determinar cuánto se puede tomar antes de que aparezcan los síntomas, se recomienda no consumir productos lácteos y ninguna lactosa por unas tres o cuatro semanas para eliminar así toda la lactosa del sistema. Después, se debe empezar con cantidades muy pequeñas de leche o queso. Se debe poner atención a los síntomas para ver qué mucha o qué poca cantidad de productos lácteos se puede manejar.

Adquirir el calcio de otras fuentes. El calcio es importante para el organismo y si se disminuye el consumo de leche y otros productos lácteos, es necesario complementar la dieta con sustitutos como sardinas, las ostras, el salmón, el tofu, las espinacas, coles, hojas de nabo, repollo o brócoli. Los complementos de calcio son otra posibilidad, al igual que las enzimas de lactasa Lactaid, pastillas o leche sin lactosa.

No beber leche sola. Usualmente los síntomas disminuyen y hasta, en algunos casos, pueden desaparecer si se consume los lácteos en conjunto con otros alimentos (frutas, etc.).

Consumir quesos duros. Los quesos suizos y añejados como el suizo y el cheddar extra fuerte contienen escasa lactosa por lo que producen menos intolerancia.

Tener cuidado con los medicamentos y algunos alimentos preparados o procesados. La lactosa puede que se encuentre oculta en algunos fármacos o comidas preparadas como los cereales, panqués, chocolate, sopas, budines, aderezos de ensaladas, sorbete, cocoa instantánea, golosinas, cenas congeladas, y mezclas para galletas. Aunque las cantidades de lactosa pueden ser pequeñas, esto puede molestar a las personas con niveles bajos de tolerancia.

Por ello, se recomienda leer las etiquetas y no sólo buscar si contienen leche sino también suero, cuajada, subproductos de leche, sólidos secos de leche, polvo de leche seca sin grasa, caseína, galactosa, polvo de leche descremada, azúcar de leche, y concentrado de proteína de suero, ya que todas estas palabras indican la presencia de lactosa. De allí la importancia de preferir alimentos frescos, y evitar las latas y los alimentos congelados.

En el caso de los medicamentos, se le debe preguntar al médico o al farmacéutico si el medicamento contiene excipientes de lactosa.

Tomar porciones pequeñas. Puede que no se tolere de una vez todo un vaso de ocho onzas (240 mililitros) de leche. Sin embargo, pueda que si se bebe un tercio de taza por la mañana, un tercio por la tarde, y un tercio por la noche, se pueda tolerar. Esto se debe a hecho que resulta más fácil ingerir menos lactosa en un período de tiempo más largo.

Dosificarse. Puede convenir tomar a diario una cantidad mínima de lácteos e ir aumentándola con el fin de mejorar el grado de tolerancia y si reaparecen los síntomas reduzca nuevamente.

Si no se ha ingerido lactosa por un mes, pero se sigue sin mejorar, es necesario que se consulte a un médico, ya que podría tratarse de otro tipo de trastorno del sistema digestivo como el síndrome del intestino irritable el cual produce síntomas parecidos a los de la intolerancia a la lactosa

Probar otro tipo de leches  naturales o vegetales y sus derivados deslactosados.

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