Las infusiones naturales y aguas saborizadas pueden ayudar a tu organismo a evitar retener líquidos, a hidratarse o a aumentar sus defensas, entre otros beneficios.
Alimentos que por tradición se comen crudos -como hortalizas en la ensalada, frutas frescas, semillas, frutos secos o frutas desecadas- son indispensables de los menús diarios. Son fáciles de servir, su preparación no es laboriosa y apenas requieren aliños o aderezos. Entre ellos, destacan:
El consumo habitual de alimentos crudos favorece la digestión, el control de peso, de azúcar en sangre, retrasa el envejecimiento y aumenta la vitalidad